La función de las válvulas es permitir el paso de la mezcla aire - combustible a la cámara, así como dejar salir los gases derivados de la combustión.

Para cumplir con los límites de las emisiones de los gases de escape, los diseñadores de motores actuales deben trabajar con mezclas pobres, lo que trae consigo aumento en la temperatura de la combustión generando un ambiente más corrosivo, además de que deben buscar reducir el peso del motor y sus componentes al máximo. Esto ha derivado en la utilización de aceros especiales y válvulas muy delgadas.

Ya que las características de operación de una válvula de admisión y las de una de escape son muy diferentes éstas tendrán que ser fabricadas con materiales distintos. Las válvulas de admisión son de materiales al carbón, y las de escape deben ser de un material muy especial, ya que las temperaturas y presión de operación son muy altas (por arriba de 500 °C y llegando a ser de 800 °C).